Campo de trabajo
Mairena del
Aljarafe (Sevilla)
El pasado mes
de Julio se llevó a cabo el campo de trabajo de Mairena del Aljarafe, en
Sevilla, con las Hermanas Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia,
participamos un grupo formado por jóvenes de varios lugares de España.
Comenzamos esta experiencia el 7 de Julio, ese día
nos conocimos y las Hermanas Terciaras Capuchinas nos contaron cómo iba a ser
el campo, con que niños íbamos a estar durante estos días y además nos mostraron
y explicaron cual es el carisma de su Congregación, el cual está basado en el
amor misericordioso, las hermanas trabajan con los más necesitados.
Durante los días en los que nos encontramos allí
estuvimos colaborando en el proyecto socioeducativo Luis Amigó que llevan a
cabo las hermanas durante todo el año, cuentan con la presencia de dos
educadores y la ayuda de un grupo de
voluntarios. En este proyecto participan
niños en riesgo de exclusión social de entre 4 y 12 años, se les presta apoyo escolar
y cuentan con una escuela de familias para tratar de normalizar la situación en casa. Los niños llegaban a
las 10 de la mañana y enseguida nos poníamos a hacer las tarea con ellos, al
cabo de un rato tenían el recreo en el que los niños tomaban una media mañana y
jugaban durante un rato, tras este descanso, comienzan los talleres, los cuales
son muy variados, un día les mostramos cada una de nosotras nuestras ciudades
de origen, los niños se mostraron muy interesados, y después fueron ellos los
que nos contaron cómo es su ciudad.
Esta fue nuestra tarea de las mañanas, las tardes
las dedicábamos a la reflexión y el compartir, sobre un tema, el campo de trabajo
giró en torno al tema de la alegría, de hecho el lema fue “Y LA CUIDAD SE LLENÓ
DE ALEGRÍA (Hch 8,8) ”
Tratamos este tema con el Evangelio y con palabras y videos del Papa
Francisco que nos hablaban sobre el tema, también con el cortometraje “cuerdas”, que nos
muestra como siempre se puede estar alegre y vivir con esperanza.
También tuvimos la oportunidad de conocer a los
niños del hogar de las hermanas, comíamos todos juntos y para cuando ya se
acercaba el fin de de esta experiencia nos alternamos para prepararnos la cena
unos a otros, además celebramos una
pequeña fiesta en la que todos querían compartir sus talentos, con bailes,
cantos…hasta nos enseñaron lo bien que bailaban las sevillanas.
Durante el campo de trabajo mantuvimos un ritmo de
oración que nos ayudaba a la hora de comenzar el día y también por la noche,
para dar gracias al Señor por cada regalo que nos ha dado a través de estos
maravillosos niños. Sin duda ha sido una experiencia increíble gracias a cada
uno de ellos, aprendimos un montón de su
fortaleza, nos han dado una buena lección sobre lo verdaderamente importante de
la vida, también nos ha servido para conocer y aprender a valorar el gran
trabajo de las hermanas con los niños y es increíble todo el amor que les dan y que reciben de ellos, es una verdadera
maravilla, todavía no encuentro una palabra que puede expresar todo lo vivido
en estos días.
El sábado 11 preparamos entre todos la eucaristía
que celebró el párroco del pueblo, la cual vivimos junto con las hermanas y
algunos de los niños del hogar.
Llega el domingo 12, asistimos a misa y después
tuvimos la oportunidad de hablar con otra Congregación, Las Concepcionistas,
que nos contaron cual es su origen y además pudimos preguntarles las dudas que
nos surgiesen y con esto finaliza el campo de trabajo, nos toca
despedirnos y todos lo pasamos un poco mal, aunque nos vamos con la esperanza
de volver a vernos pronto.
Al llegar a mi ciudad de origen me di cuenta de que
era increíble la forma en la que estos niños me habían llegado al corazón, se
han metido en nuestras vidas y echamos mucho de menos estar con ellos, aunque
sabemos que están en muy buenas manos.
Laura
G.
(Joven
participante al campo de trabajo)
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